Decenas de quirquinchos, pieles de zorro andino y plumas de cóndores son objeto del comercio insensible de gente inescrupulosa que se dedica a comercializar con la fauna silvestre de Bolivia.
Se trata de animales en peligro de extinción, desde los quirquinchos que dejan a los arenales de Oruro aun más desierto, hasta la caza furtiva de cóndores para ser comercializados en la feria 16 de Julio de la ciudad de El Alto y la calle Sagárnaga de La Paz.
Los precios oscilan de acuerdo al tamaño del animal y la ignorancia de los vendedores que la transan desde 20 a 80 bolivianos, son campesinos que desconocen el valor de esta especie apreciada para las etnias de los Uru-Uru y las naciones originarias que aprendieron a convivir en armonía con la naturaleza.
Se trata de animales en peligro de extinción, desde los quirquinchos que dejan a los arenales de Oruro aun más desierto, hasta la caza furtiva de cóndores para ser comercializados en la feria 16 de Julio de la ciudad de El Alto y la calle Sagárnaga de La Paz.
Los precios oscilan de acuerdo al tamaño del animal y la ignorancia de los vendedores que la transan desde 20 a 80 bolivianos, son campesinos que desconocen el valor de esta especie apreciada para las etnias de los Uru-Uru y las naciones originarias que aprendieron a convivir en armonía con la naturaleza.
De tu muerte nacerá tu hermosa voz, reza la letra de una canción en honor al quirquincho; los folkloristas usan el caparazón del animal para la fabricación de charangos y matracas, instrumentos de percusión mientras que las plumas de cóndores son usadas para otros disfraces.
Pese a los esfuerzos de la Sociedad Protectora de Animales y Medio Ambiente (Soprama), la caza de estas especies y otras de gran valor cultural continua; pieles del zorro andino, plumas de cóndores y jucumaris son exhibidos en los puestos de venta de medicina tradicional ante la mirada pasiva de las autoridades que no hacen nada para frenar esta depredación.
Pese a los esfuerzos de la Sociedad Protectora de Animales y Medio Ambiente (Soprama), la caza de estas especies y otras de gran valor cultural continua; pieles del zorro andino, plumas de cóndores y jucumaris son exhibidos en los puestos de venta de medicina tradicional ante la mirada pasiva de las autoridades que no hacen nada para frenar esta depredación.
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